En mi opinión, no se pueden equiparar ambos espacios en ninguno de los ámbitos en los que actuamos.
En el ámbito educativo, estamos presenciando como cada vez más se están introduciendo las nuevas tecnologías en las clases con objeto de agilizar el trabajo y dinamizar el aprendizaje, pero la figura del profesor la considero esencial para que se produzca un efectivo proceso de enseñanza-aprendizaje, sin poder ser sustituido por un ordenador, ya que el profesor puede hacer aportaciones que un ordenador no puede hacer como son sus propias experiencias, recurso humanista que facilita la retención de la información por parte del alumno y lo acerca a la praxis de la materia.
Una de los recursos virtuales de los que hacemos uso en la universidad es la Webct, con la que se pretende crear una especie de sociabilidad virtual entre el alumno y el profesor, así como con el resto de los alumnos, al facilitar el contacto con el profesor y éstos a través del correo y del foro que ofrece dicha plataforma virtual.
Pero si con ella se pretendía agilizar la transmisión del contenido de las asignaturas a los alumnos así como el envío de los trabajos realizados por éstos, he de decir que esta herramienta virtual no es efectiva, ya que en la mayoría de las ocasiones ni alumnos ni profesores podemos acceder a ella y cuando lo logramos no nos permite hacer uso de ninguna de sus aplicaciones; por lo que desde mi experiencia como alumna, esta herramienta virtual en lugar de agilizar nuestro trabajo nos lo ralentiza.
En el ámbito social, vemos como Facebook, Tuenti y Twitter están convirtiendo la sociabilidad en un proceso llevado a cabo a través de las nuevas tecnologías, siendo muchos los que prefieren conectarse a una de estas redes sociales que salir con un amigo a pasear o a tomar una copa.
Sin duda alguna, ninguna relación a través de las redes sociales puede equipararse con una relación de persona a persona, en la que puedes observar la reacción a lo que dices en el rostro de la otra persona y expresar tus sentimientos a través de gestos, como un abrazo, y no simplemente mediante palabras. Siendo también las relaciones a través de Internet, objeto de numerosos fraudes que pueden tener peligrosas consecuencias.
Asimismo, son las nuevas tecnologías una de las principales causantes de los distanciamientos entre familiares, amigos y parejas, al convertirse éstas en nuestros mejores amigos, incluso en una parte de nosotros, al no poder vivir sin ellas, prestándoles más atención a ellas que a los que nos rodean.
En el ámbito lúdico, esencial en la formación de un niño, las nuevas tecnologías con numerosos juegos que incitan a la violencia, están restando protagonismo a juegos tradicionales, como el escondite, que favorecen la relación entre los menores y desarrollan sus capacidades físicas evitando al mismo tiempo la preocupante obesidad infantil.
Por último, en el ámbito laboral, como futuros educadores sociales y trabajadores sociales, el contacto físico es imprescindible al actuar con colectivos como por ejemplo niños hiperactivos en los que la capacidad de concentración es muy limitada y la única forma de captar su atención es mediante el contacto con ellos.
Asimismo, muchos de los individuos con los que trabajaremos, carecerán de los suficientes recursos económicos para disponer de un ordenador con acceso a Internet o un móvil, por lo que para comunicarnos con ellos no podremos utilizar las nuevas tecnologías, no siendo posible sustituir el espacio humano de sociabilidad por el espacio virtual.
Mi pregunta es: ¿Nos están conduciendo las nuevas tecnologías hacia una aparente deshumanización?
